Lo
común.
A
que nos referimos cuando hablamos de lo común?? De sus distintas acepciones,
desde aquello que compartimos, el espacio común, hasta lo que consideramos corriente,
cotidiano, aquello que forma parte de nuestras vidas, lo común adquiere un
sinfín de matices dependiendo del enfoque, sin embargo todos y cada uno de los
puntos de vista mantienen una base sobre
la que gravitan , lo social.
El
hombre es un animal social y la conquista del espacio común viene determinado
por la capacidad de éste de asumirlo como
propio y en relación con el resto de semejantes,
La
relación entre el espacio común y la coteidaneidad está en el grado de
reconocimiento del lugar,
El
uso y ocupación de los espacios comunes depende en gran medida de la capacidad
de la arquitectura para generar acciones sociales y se basa en patrones y leyes
de comportamiento experimentadas en el comportamiento colectivo a la hora de
presentar proyecto futuros para la Ciudad, el Barrio y la Vivienda Colectiva.
Sin embargo los nuevos ordenamientos
urbanísticos no responden a estos patrones sociales, se basan en
comportamientos individuales promoviendo el uso masivo del coche y en la nula
relación entre semejantes, bloques variopintos en urbanizaciones cerradas entre
enormes cantidades de terreno duro, atacan la solidaridad y evitan el
comportamiento colectivo. Solo pequeños colectivos, hartos de semejante
desarrollo promueven una arquitectura
colectiva que satisfaga las necesidades de la vecindad e instruya hábitos de
vida doméstica, estos espacios públicos soportaran hábitos de relación social y serán instrumentos
para la convivencia.
Cabe
destacar lo curioso de la praxis arquitectónica en los llamados países
desarrollados, donde supuestamente están los arquitectos más formados, creanso
islas independientes dentro un mar de asfalto, mientras que los supuestamente países
en desarrollo ven en lo común y en lo social la fuerza para lograr los
objetivos, arquitectos como Francis Keré, utilizando materiales vernáculos e
implicando a las mujeres de la comunidad en la elaboración de los materiales
consiguen que esa construcción sea considerada por la sociedad como algo común,
de todos y cada uno de los individuos y que por tanto hay que preservar y
mantener.
La
arquitectura es la ciencia capacitada para estructurar las relaciones y facilitar la
vida cotidiana de las personas que la habitan. Los estilos de vida cambiantes
requieren soluciones flexibles, casi protésicas, para que el uso del espacio
común, en sus diversas escalas, complete el que tiene lugar en la vivienda y dé
respuesta a las carencias del habitar moderno. El metro de Bilbao cambió el
sentimiento de lo común de sus habitantes, proyectado por Norman Foster donde
la unión de tres materiales, hormigón vidrio y acero forman un conjunto
realmente acertado, era el único sitio respetado por las entonces izquierdas
abertzales de ser grafiteado con proclamas etarras, la gente lo hizo suyo y afeaba
a cualquiera que intentara destruirlo.
Esta
es la arquitectura que crea elementos comunes, que unifica y alienta, que
integra y suma, mientras se siguen construyendo edificios bajo el lema divide y vencerás, más allá de teorías
conspirativas de fanáticos trasnochados. la realidad es que no proyectamos
edificios para lo común, para la relación,
sino más bien para la ostentación y la división, casas cada vez más
grandes, coches cada vez más grandes, calles cada vez más grandes, mientras muere
el sentido de pertenencia a un lugar al que sales en coche y llegas en coche,
sin ningún apego ni sentimiento de pertenencia, sin comercio de cercanía, sin
locales que hagan el paseo agradable, sin la relación cercana que la
coteidaneidad aporta.
Está
en nuestras manos volver a crear arquitectura solidaria, sin considerar la solidaridad como un ayuda
el prójimo, sino como una ayuda a uno
mismo para poder disfrutar de un lugar del que uno este orgulloso de
pertenecer.
Ahora
mismo estamos muy lejos
Urbanismo solidario
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